Cuando penetra en Centauro, la Vía Láctea se divide en dos
brazos separados por una hendidura oscura, de un modo que recuerda la corriente
dividida de un río alrededor de una isla. Es, sin embargo, una isla muy larga;
la doble conformación de la Vía Láctea comprende una tercera parte de su curso
total, es decir, 120º del círculo. Las ramas divergentes se reúnen en el
hemisferio boreal, en la constelación del Cisne. El raudal más luminoso pasa
por la constelación austral de Norma, siguiendo por el Altar, Escorpión y
Sagitario, a lo largo del arco de Sagitario, hasta el Serpentario, penetrando
aquí de nuevo en el hemisferio Boreal. Luego continúa por Águila, Sagita (la
Flecha), y Vulpecula (la Zorra), llegando al Cisne. El raudal luminoso, que es
ahora uno solo, pasa por Lacerta y Cefeo, para llegar al punto de partida en
Casiopea.
Hoy sabemos que la vía Láctea es una fantástica colección de
soles y nubes gaseosas, cuya masa total equivale a la de 200.000 millones de
soles. La Vía Láctea es una típica galaxia en forma de espiral, con un diámetro
mayor de 100.000 años luz. El Sol, con su cortejo planetario, se halla situado
a unos 32.000 años luz del centro galáctico.
La Vía Láctea desde el hemisferio sur en 360 grados. Composición obtenida a partir de 37 fotografías en un tiempo total de exposición de 30 minutos, por el Observatorio Astronómico de Paranal, en Chile (el observatorio astronómico de luz visible más avanzado del mundo). Crédito: ESO, the European Southern Observatory. Clic para ampliar.
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